Edad de los receptores: 7/8 años.
Estrategia utilizada: Acrósitos
Un acróstico, es una composición poética o normal en la que las letras iniciales, medias o finales de cada verso u oración, leídas en sentido vertical, forman un vocablo o una locución. Cada verso debe estar compuesto por una oración cortita o grupo nomina y hay que intentar que cada una de ellas tenga relación con la palabra elegida, que la describa o la sugiera.
Crines largas que casi tocan el suelo
Andan por el monte y por el campo
Brincan cuando están contentos
Amamantan a sus crías hasta los 8 meses
Las hembras son más pequeñas
Los cascos de las patas equivalen a la punta de los dedos de los humanos
Oyen ruidos a mucha distancia gracias a sus orejas que giran hasta 180º
CREACIÓN EN PROSA
Edad de los receptores: 5/6 años.
Estrategia utilizada: Binomio Fantástico.

A partir de dos palabras sin relación aparente se inventa una historia. Las palabras que he elegido es perro y teléfono.
Había una vez una familia a la que le encantaban los animales, sobre todo los perros, pues sabían que hacían mucha compañía y eran muy cariñosos.
Unas Navidades los Reyes Magos les trajeron un cachorrito, era un perrito muy pequeño, blanco con manchas marrones que llevaba un lazo rojo en el cuello y en cuanto le vieron, le pusieron de nombre Pipo. Pipo, era un perro muy divertido, siempre estaba alegre y se pasaba el día corriendo y jugando. A Pipo le encantaba jugar con otros perros, lo que más le gustaba era correr detrás de los perros, cuanto más rápido corriesen mejor se lo pasaba, podía pasarse así horas. Otro de sus juegos preferidos era meterse en todos los charcos que había, en cuanto veía un charco, iba corriendo y se ponía a saltar de la alegría y siempre terminaba lleno de barro.
Pipo era un perro feliz, lo que más le gustaba era jugar, y en cuanto veía a alguien se le acercaba, y le saltaba para que jugase con él. La familia, tenía una casa muy bonita, con jardín y piscina donde Pipo podía correr y jugar. Un día, estaban en el jardín descansando porque era verano pero Pipo quería jugar, como hacía calor nadie le hacía caso pero Pipo insistía, al final se aburrió y se fue a buscar algo con lo que divertirse. Empezó a correr por el jardín, saltando con la pelota pero pronto de aburrió, después fue a buscar una cuerda con la que solía jugar pero también se aburrió y de repente vio delante de sus ojos algo rosa, fue corriendo y con mucho cuidado lo cogió.
Empezó a correr por el jardín con eso en la boca, estaba feliz, lo lanzaba hacia arriba y hacia abajo. De repente la madre se fijó en él y vio algo raro, ¡No era un juguete, lo que llevaba Pipo era su teléfono móvil! La madre empezó a correr detrás del perro, pero cuanto más corría ella, más corría él, pues pensaba que estaba jugando. La madre empezó a gritarle ¡Pipo, quieto, Pipo, suelta eso! pero Pipo seguía con el teléfono en la boca corriendo. En un momento, se paró y cuando parecía que lo iba soltar, movió la cabeza y lanzó el teléfono por los aires. Todos se quedaron mirando dónde iba el teléfono, con la mala suerte de se cayó dentro de la piscina.
La madre fue corriendo a cogerlo, por suerte, lo cogió pronto y no dio tiempo a que el agua entrase dentro del teléfono y Pipo se llevó un pequeño castigo y aprendió que no tenía que coger el teléfono, que tenía que jugar con sus juguetes, los juguetes de perro.
CREACIÓN DRAMÁTICA

Edad de los receptores: 5/6 años.
Estrategia utilizada: Hipótesis absurda
Hipótesis Absurda: ¿Qué pasaría si Pepa Pig hablara?
Personajes: Lucía, papá de Lucía y Pepa Pig
Cuando salía Lucía del Colegio, su padre la fue a recoger. Lucía siempre iba al colegio con su mochila y su peluche de Pepa Pig. Cuando su padre llegó al colegio le dijo:
-Padre: Lucía, espérame un rato en la puerta que tengo que ir a hablar con tu tutora.
-Lucía: Vale papá, pero no tardes mucho que estoy cansada.
-Padre: No te preocupes, en 10 minutos como mucho estoy de vuelta.
-Lucía: Vale Papá.
Cuando Lucía llevaba unos minutos esperando, de repente escuchó alguien que la llamada.
_¡Lucía, ¿estás aburrida?_ Lucía empezó a mirar a todas partes, pero no había nadie, un poco más lejos estaba una compañera suya con su madre y jugando al fútbol estaban otros compañeros de clase, pero estaba muy lejos como para escucharles.
_¿Lucía? Estoy aquí, ¿me puedas sacar de tu mochila que no puedo ver bien?_ Lucía sorprendida, cogió su mochila y empezó a mirar dentro, sacó su peluche de Pepa Pig y siguió mirando sin encontrar nada.
-Pepa Pig: ¡Hola Lucía!. Lucía se pegó un susto y soltó a Pepa Pig.
-Pepa Pig: ¡Qué daño que me he hecho!, ¿Por qué me has tirado?
-Lucía: ¿Pero tú hablas? Eres un peluche, no puedes hablar.
-Pepa Pig: ¿Me Puedes ayudar a ponerme de pie por favor? me duele el culete del golpe.
-Lucía: ¿Desde cuándo hablas?
-Pepa Pig: Siempre he hablado pero nunca he querido asustarte. Estoy contigo siempre y me gusta cuidarte y que siempre te sientas acompañada. Ahora, como veía que estabas sola y un poco aburrida quería que supieses que yo estaba contigo y que puedes hablar conmigo cuando quieras.
-Lucía: Estoy esperando a mi padre, que ha ido a hablar con la profesora.
-Pepa Pig: No te preocupes, yo me quedo contigo hasta que llegue, pero no le digas nada porque no te va a creer y solo los niños me pueden escuchar.
-Lucía: ¡Qué bien, me encanta poder hablar contigo!. ¡Corre, escóndete que viene mi padre!
-Padre: Lucía, ¿con quién hablabas?
-Lucía: Con nadie papá, te estaba esperando.
Lucía cogió a Pepa Pig, le dio un beso y la volvió a meter en la mochila, esta vez le dejó la cabeza fuera para que pudiese ir viendo el camino.